miércoles, 26 de noviembre de 2008

LA ROSA


La Rosa cambiaba de sitio por no poder encontrar, el calor suficiente para crecer. Sentía que cada día el sol cambiaba de lugar. Ofendida, intentaba salir de su camino.
Pero las raíces hacían que no pudiera salirse de ahí.
Muchos lloros y muchas lágrimas caían en el verde césped. Y con las propias lágrimas ella crecía.
El rencor la acechaba. Las espinas hacían que no pudieran tocarla, haciéndola grande para los demás pero difícil de tocar.
Muchos años pasaron, muchas lunas vieron pasar. La rosa en la noche lloraba y lloraba. Cuanto más lagrimas caían, mas crecía y crecía en soledad. Belleza olvidada en el destino. Dando paso al rocío de la mañana, sin descanso brotaban sentimientos perdidos.
En la soledad de ese monte vespertino.
Grande como la luna. La Rosa callada estaba, sentía todas las fragancias del bosque. Absorta en sus pensamientos.

Un día un bicho se acerco a esa bella flor. Que grande la vio y su néctar probó. La Rosa perpleja quedó, ya que no pudo quitársela de encima. Ya que el insecto
era inmune a todo pinchazo.
Siguió viniendo cada día. La Rosa no podía hacer nada para quitársela, hasta que un día por fin se atrevió a hablar con el bicho que la acosaba:
-¿Bicho, porque me molestas en esta soledad?
Y el bicho con cara sonriente le contesto.
-No te molesto al contrario, vi tu belleza olvidada en este monte,
y quise probar su néctar. Dulce es, como el viento que arrulla los días. Apaciguando mi mente, dándole sentido a mi vida. Grande eres Rosa mía, tan bella como la luna. Tu néctar tan olvidado, ha crecido fuerte y hermoso. Mi paladar es exquisito y me ha dolido tu tristeza. Me has dado vida en esta diminuta alma y volveré cada día. Ya que sin ti no podre vivir.
La rosa emocionada lloró, pero no de tristeza, sino de todo lo hermoso que había esperado escuchar, un bichito diminuto le había dado la alegría que no había encontrado nunca.
Ella creció más fuerte, convirtiéndose en la rosa más hermosa del monte olvidado.
Y así acaba la historia y la leyenda de cómo la rosa se convirtió en el símbolo del amor,
amistad, fuerza, carácter y belleza exquisita.